Como se alertó en la Declaración del MINREX del 29 de agosto de 2019, el gobierno de los Estados Unidos ha desplegado, desde el año pasado, una intensa e injuriosa campaña contra la colaboración médica que Cuba ofrece, combinada con la amenaza de sanciones a dirigentes cubanos y presiones contra los Estados receptores para que prescindan de ella.
Dirigida detalladamente desde el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, cuenta con la activa participación de senadores y congresistas asociados a la mafia anticubana de la Florida y de frenéticos funcionarios del Departamento de Estado.
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