
Tomado de Condé Nast Traveller (Manena Muna)
Cinco siglos llenos de historia, de venturas y desventuras, desde que el 16 de noviembre de 1519, bajo la sombra del árbol del Ceiba -al que los esclavos tildaban de hechicero-, y tras oficiar la misa e instaurar el Cabildo, se dio por inaugurada la ciudad de La Habana, una más de las siete villas fundadas por el conquistador español Diego Velázquez de Cuéllar.
San Cristóbal de la Habana nació y creció enriquecida por todos los posibles tonos de piel, religiones y creencias: taínos oriundos, españoles, franceses e ingleses, conquistadores, corsarios, piratas; esclavos arrancados de su África natal, chinos de Macao, Hong Kong y Taiwán que remplazaron o se unieron a los esclavos en los campos de caña de azúcar.
Son orígenes que fácilmente se adivinan en las gentes que habitan la Habana, donde de un rostro oscuro brilla el azul de unos ojos aguamarina, donde españoles de ascendencia asturiana, gallega, catalana, se mueven con la cadencia caribeña. Mulatos vestidos de blanco hacen alarde de su santería, nacida de la fusión entre credos cristianos y dioses africanos; asiáticos llegados de China no tardaron en fundar su Chinatown habanera. Sigue leyendo →
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