Luis Orta dio la gran sorpresa de los juegos para Cuba y se convirtió en el primer campeón de la Mayor de Las Antillas en Tokio. En un combate sumamente cerrado y de constantes ataques, el criollo nunca dejó robarse la iniciativa y derrotó al japonés Kenichiro Fumita.
Una y otra vez el local intentó desestabilizar al antillano, pero una férrea defensa y un excelente trabajo táctico del cubano lo hicieron fracasar una y otra vez. La oportunidad más clara fue cuando Orta estuvo en la posición de inferioridad, pero aun ahí supo evitar los puntos en su contra y pudo contraatacar para ampliar su ventaja.
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