
El crimen de Barbados resulta de esas heridas abiertas por el terrorismo desatado contra Cuba desde Estados Unidos, cuyo gobierno tiene a la isla caribeña en una lista de países promotores de ese flagelo, cínica paradoja.
Así lo creen cubanos de varias generaciones, marcados por aquellas cuatro palabras que resonaron el 6 de octubre de 1976 en la cabina del vuelo 455 de Cubana de Aviación que despegó de Barbados rumbo a Jamaica.
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