La enajenación del presidente de Estados Unidos roza la ciencia ficción y lo ha mostrado durante su estancia en la Casa Blanca. Pero hoy ese desvarío se hace crítico, al peligrar su residencia en esa morada, tras las elecciones del venidero 3 de noviembre.
Contra toda lógica, Donald Trump argumenta que el déficit comercial se arregla con aranceles más altos; que las rebajas tributarias dan mayor recaudación; que el cambio climático no es verdad; que los acuerdos comerciales perjudican a su nación; culpa a los inmigrantes de la delincuencia y afirma que la posesión de armas no tiene nada que ver con los récords de muertes en su país.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, informó el jueves, en un comunicado, la suspensión de los vuelos chárter privados a todos los aeropuertos cubanos, incluido el de La Habana.
«Esta acción impedirá todos los vuelos charters entre Estados Unidos y Cuba, sobre los cuales el Departamento de Transporte ejerce jurisdicción, excepto los vuelos públicos autorizados hacia y desde La Habana y otros vuelos privados autorizados para fines médicos de emergencia, búsqueda y rescate, junto a otros viajes considerados de interés para Estados Unidos», comunicó Pompeo.
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