By Lyndsey Winship, The Guardian
Dance on film can have many functions. It might act as a showstopping decoration to the drama (most movie musicals), a shorthand for its protagonist’s obsession or madness (Black Swan, The Red Shoes) or a blunt tool for illustrating cultural difference (Step Up, Save the Last Dance and every other ballet-girl-meets-hip-hop-boy movie). But, aside from Jerome Robbins’ masterpiece West Side Story, it doesn’t often work as a narrative device – an alternative script. That’s how it functions in Yuli, a new biopic of Cuban ballet star Carlos Acosta, by Spanish director Icíar Bollaín and writer Paul Laverty (I, Daniel Blake).
Share this:
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
Comentarios recientes