Tal vez desconoces que esa deliciosa fruta, nombrada «platanito» por nosotros y por otros «banana» y que los cubanos disfrutamos en desayunos, meriendas y hasta para acompañar las comidas, en su mayoría desciende de una planta que creció en una casa señorial inglesa.
Según describe Duncan Leatherdale para BBC News, la Chatsworth House, una mansión señorial ubicada en Derbyshire, en la campiña inglesa parece un lugar poco probable para ser la cuna de la industria bananera mundial actual.
Pero prácticamente toda la banana que se consume en el mundo occidental desciende directamente de una planta cultivada en invernadero en la finca de esta mansión hace 180 años.
Las bananas se han cultivado en Chatsworth desde 1830, cuando el jardinero jefe Joseph Paxton puso sus manos en un ejemplar importado de la isla Mauricio, en el océano Índico. Paxton decidió cultivar la especie y llenó un hoyo con «mucha agua, tierra fértil y estiércol bien descompuesto» y mantuvo la temperatura entre 18 y 30ºC para cultivar el fruto que llamó Musa cavendishii por sus empleadores, ya que Cavendish es el nombre de la familia de los duques y duquesas de Devonshire.
En noviembre de 1835, la planta de Paxton finalmente floreció y el mes de mayo siguiente estaba cargada con más de 100 bananas, una de las cuales ganó una medalla en la exposición de la Sociedad de Horticultura de ese año.
Unos años más tarde, el duque le dio dos plantas a un misionero llamado John Williams para que las llevara a la isla polinesia de Samoa. Sólo una sobrevivió el viaje pero puso en marcha la industria bananera en Samoa y otras islas del Mar del Sur, donde el propio Williams fue asesinado por los nativos. Los misioneros también llevaron la banana Cavendish a la de las Islas Canarias y a otras del Pacífico.
Así comenzó su propagación, pero sólo hace relativamente pocos años se convirtió en el plátano exportador de elección. Su ascenso en popularidad fue causado por lo mismo que ahora está matando la especie poco a poco: el mal de Panamá, un agresivo hongo que exterminó en la década de 1950 la especie más conocida de bananas «Gros Michel».
Mientras los horticultores estaban enfrascados en el cultivo de la Cavendish una especie más pequeña y menos sabrosa, pero resistente y capaz de cultivarse en suelos infectados, el mal de Panamá desarrollaba una nueva cepa más letal que la que acabó con la Gros Michel, porque también afecta a numerosas especies locales.
Esta es la historia de cómo la banana Cavendish se convirtió en la fruta más importante del mundo – y por qué pronto podría dejar de existir.
El Canario
(Con inf. BBC News)
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