Quienes estuvieron allí ese ocho de enero de 1959 como protagonistas y espectadores de la llegada triunfal de la caravana de la libertad con Fidel Castro al frente, que saliera desde la región oriental de Santiago de Cuba, aseguran que ese día hizo un frío intenso, pero este, no impidió que el pueblo desbordante de alegría, saliera a las calles para recibir y festejar junto a los barbudos, la victoria. Estos hombres traían desde la Sierra Maestra la libertad por la que los cubanos estuvieron años peleando y por la que habían caído muchos de los hijos de este pueblo. Libertad que supimos abrazar por siempre y que hoy defendemos con orgullosa dignidad.
El Canario
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