
Habían transcurrido 37 días desde el de-sembarco por Playita, cuando José Martí comenzó a redactar la última carta dirigida a su amigo Manuel Mercado. Solo en las líneas finales se refiere a lo personal, y se disculpa por no haberle escrito desde su visita a México, en julio-agosto de 1894. El resto de la misiva constituye una declaración de principios antimperialistas basados en el análisis de las circunstancias de aquellos momentos, la importancia de la guerra desatada el 24 de febrero de 1895 en el conjunto del enfrentamiento a las amenazas expansionistas estadounidenses, así como de la necesaria fundación de la república democrática en Cuba independiente, condición indispensable para afianzar cuanto se lograra en la contienda. Estas ideas hacen de la misiva inconclusa, el testamento político martiano. Sigue leyendo
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