
Por: Jorge Legañoa
Cuando se camina por el centro de Caracas, uno se da cuenta de que el pueblo se conectó con su líder más allá de la política, con un misticismo que llega a lo religioso. En algunas tiendas de objetos religiosos se pueden encontrar al lado de la efigie de “Nuestra Señora de Coromoto” —la patrona de Venezuela—, una estatuilla de Chávez. Hay quien lo llama “el santo de los pobres”, mientras otros lo comparan con José Gregorio Hernández, un médico de principios del siglo XX venerado por los venezolanos por su labor con los pobres.
Ver la entrada original 136 palabras más
Comentarios recientes